lunes, agosto 20, 2007

una crítica cinematográfica

Dentro del género de musicales protagonizados por notarios apasionados de los ponies tal vez “Another day without coffee”,de Wilson Anerdi Wilson, marque un punto de no retorno, al menos para su director, ya que es difícil que vuelva a encontrar productores que le financien sus arriesgadas películas.

Hasta el estreno de “Another day without coffee” se habían rodado más de cien filmes que profundizaban en este universo complejo donde se unen las notarías, los ponies y las bandas sonoras hechas unicamente con banjos. Miles de minutos de celuloide repletos de momentos cumbres, que llevaron al crítico de cine de Soria Maurice Deveraux a decir: “creo justifacado el regreso de la pena de muerte".

Pero es en “Another day without coffee” (a partir de ahora A.d.w.c) , de Wilson Anerdi Wilson (a partir de ahora W.A.W) donde el lenguaje cinematográfico es subvertido o al menos agitado un poco. No sólo porque el papel de pony sea interpretado por una cabra y el de notario enamorado por una señora de Orense que se cree Jon Bon Jovi, tanto dentro de la película como fuera de ella. También su argumento supone una ruptura con el continuismo que marcaron títulos como “Yes, I am your pussy”, “I am nothing without you because I have double personality, so I am you”, “Boggie Boggie Cindirella” o “Blas, the pony”.

En “A.d.w.c”, W.A.W ha querido romper la cuarta pared, inexistente en el cine, y lo ha logrado. El argumento provocador (unos notarios amantes de los ponies se ven acosados por unos registradores de la propiedad furibundos que piensan que esos animales son una aberración a exterminar o que al menos sólo deben ser montados por niñitas) no es sino un vehículo para que W.A.W consiga su propósito: Epatar. O que al menos el espectador busque el significado de “epatar” en su enciclopedia Sopena.

Decir que Matilde Arroba, la señora que se cree Jon Bon Jovi no resulta convincente en su papel de notario es una obviedad. ¿Pero pretendía W.A.W una interpretación convincente? Lo dudo. Si así fuera no habría contratado a una ardilla loca para interpretar el papel del jefe de la banda de registradores de la propiedad. Lo que W.A.W quería mostrarnos es que con estos mimbres se puede hacer una cesta, aunque no sea de mimbre y ni siquiera merezca la denominación de cesta.

En la foto Wilson Anerdi Wilson intentando convencer a uno de los ponies para que maulle. Al fondo un notario dando fe.