viernes, diciembre 01, 2006

Obituario del poeta manchego Sifrig Rosemberg (II)

Escrupuloso estilista, no vio publicado su primer poema (aparte de sus pintadas en las paredes de Albacete) hasta los 34 años. Lo tituló “Oda negativa a un guardia urbano”, aunque en el acta del juicio donde se publicó aparece como “Insultos que el acusado profirió contra el agente cuando este procedió a retirar de la vía pública una carretilla repleta de barras de turrón sabor kiwi”. Era agosto y hay quien ha visto en este arriesgado gesto de Sifrig el nacimiento de la perfomance manchega chanante. La Oda, que fue recitada una sola vez y corriendo, comenzaba así:

"¡Jodido guardia urbano! ¡Desvuélveme el turrón! ...que era de Jijona ....maldito!"

Aunque todo es confusión en la vida de este genio una lectura atenta de sus poemas nos permite concretar algunos datos. Por ejemplo, que pese a a sus múltiples polémicas Sifrig aún tuvo tiempo para llevar una desenfrenada vida amorosa, por lo que se puede deducir de los muchos poemas de esta temática que aparecen en su obra. Así tenemos la serie de odas amorosas: “Oda a Jenifer”, “Oda a Tatiana”, “Oda a Sumisa” y “Oda a Paolo”, seguida por “La canción desgarrada”, que comienza:

"Tres puntos de sutura. Eso duele"

También podemos deducir de sus poemas su afán revolucionario y provocador, propio de un hombre que bebía el vino sin gaseosa, de lo que siempre se jactó. Sifrig quería llevar la poesía a la calle lo que le costó varias denuncias de bibliotecas públicas por arrojar sus libros por las ventanas. En este intento socializador también realizó numerosas lecturas urbanas; así el ciclo de lecturas poéticas de cada 20 de noviembre en el Valle de los Caídos. Especialmente recordada es “La oda a la sodomia interracial”, que leyó en 1976, horas antes de su primer ingreso en el Gregorio Marañón.

Por esas mismas fechas mantuvo una de sus más agrias polémicas con un colega, en concreto con Gustavo Adolfo Becquer, al que Sifrig acusaba de haber nacido antes que él con la descarada intención de copiarle unos versos que claramente le pertenecían, aquellos celebérrimos que comenzaban:
“¿Qué es poesía?...”

Becquer no entró al trapo, tal vez por llevar más de cien años muerto pero ello no le libró de verse aguijoneado por la afilada pluma de Sifrig, que le dedicó el soneto satírico titulado: “Soneto a Becquer, ese copica asqueroso”, que reproducimos en su integridad (hay que señalar que Sifrig redefinió la estructura del soneto).
“¿Y qué es un copica? me preguntas. Vaya, Becquer, no me esperaba tanto cinismo de tu parte. Un copica eres tú ...maldito”

Aunque casi toda su producción es poética también se adentró en el mundo del ensayo donde se aprecia claramente la influencia que en él ejercieron Heidegger y Pedro Ruiz. De su obra ensayística destacamos su tetralogía sobre los tractores compuesta de tres ensayos: “Los tractores: un conflicto latente” “¿Por qué no hay tractores en la ciudad? Una investigación” y “Malditos tractores”. No hay que olvidar su incursión en el mundo del folklore, con el revelador ensayo: “La morena de mi copla, ese afán posesivo”.

(en la foto Sifrig, el tercero por la izquierda, celebrando en el Bar Paco la consecución por quinta vez consecutiva del premio literario "Sifrig Rosember". Al fondo se observa a Pepe, dueño del Bar Paco, con un palo, dispuesto a aplacar un día más a Sifrig)

Continuará