martes, diciembre 01, 2009

Sobre gastronomía....


Un… ¿crítico gastronómico? llamado Salvador Sostres escribe indignado un artículo, también indignado, sobre la nueva guía Michelín y sus estrellas. Y nos cuenta cosas como esta, por ejemplo, sobre un restaurante de Berasategui en Barcelona:


“Algunos platos son buenos, pero nacen y mueren en ellos mismos, si ningún mensaje, sin ninguna esperanza.”


Lo típico que me pasa a mí por los Lavapieses, que llego a los bares y las tapas no tienen mensaje y me nacen y me mueren en ellas mismas, las pobres. Y de esperanza ni hablamos. Se me hace difícil la vida así.


Y sigue el hombre:


“Y bien dada está también la segunda estrella a La Terraza del Casino de Madrid, restaurante asesorado por Ferran Adrià y uno de los pocos lugares en Madrid donde cenar tiene algún interés”.


Y yo me preguntó: ¿dónde coño habré estado cenando yo hasta ahora? Y dónde he estado comiendo ni me lo planteo.


En fin, que a veces la realidad supera a la ficción o se le acerca, y como prueba unos fragmentos del cuento “Así comió Zaratustra” , de Woody Allen.


"El zumo de naranja es la esencia misma de la naranja puesta de manifiesto, y con esto me refiero a su auténtica naturaleza y a aquello que le confiere su "naranjidad" y le impide presentar un sabor como, por ejemplo, el del salmón al horno o la sémola de maíz. A los devotos, la idea de desayunar cualquier cosa que no sea cereales les provoca ansiedad y temor, pero con la muerte de Dios todo está permitido, y pueden comerse profiteroles y almejas a voluntad, e incluso alitas de pollo."


AFORISMOS
Desde el punto de vista epistemológico, hacer dieta es discutible. Si todo lo que existe está sólo en mi cabeza, no sólo puedo pedir cualquier cosa en un restaurante, sino que también puedo exigir que el servicio sea impecable.

El hombre es el único ser capaz de no dejar propina al camarero.