miércoles, enero 14, 2015

Sinfustadas semanales



Nick Hornby en “Shakespeare wrote for money”, un libro en el que repasa sus lecturas entre el 2007 y el 2008. Hablando de “The road”, de Cormac McCarthy, una novela con la que lo pasó muy mal: 
Supervivientes del apocalipsis, un hombre y su hijo, vagan a través de grises tierras yermas buscando comida. El hombre pasa gran parte del libro dudando si debería disparar a su hijo con la última bala que le queda, y así librarlo de posteriores penurias… ( )  A veces te encuentras rogando que el hombre use esa última bala contigo antes que con su hijo. 
Eso sí, al final el libro le gustó. A mí me sucedió lo mismo. Pero sí, se pasa mal.


Los que hacen chistes sobre cuñados olvidan que ellos, para sus cuñados, también son unos cuñados. (No sé si me explico)

Al renovar el D.N.I. me ha dicho el funcionario que es la sexta vez que lo pierdo. Que ha cambiado la ley y la próxima vez tendré que pagar una multa que va de los 300 a los 2.000 euros. Así que me he hecho el D.N.I pero a partir de ahora no puedo llevarlo encima porque si lo llevo, lo perderé. Eso es así. Si te pillan sin D.N.I te expones a ser llevado a una comisaría para que te identifiquen, pero por ahí ya pasé  en Toledo cuando llevaba barba y existía la E.T.A. y conocí a un comisario muy simpático al que le gustaban más los Hombres de Paco que el Comisario. Me dijo que no podía ir así por la vida pero claro está que no le hice mucho caso.

Decía Pessoa que para leer muchos libros, comprar pocos. Pero no termino de aplicarme al cuento.

Oreste Rotundo es el nombre de uno de los actores de Caro Diario. A algunos nombres dan ganas de escribirles un cuento o un algo.

Veo en “Equipo de Investigación”, de Antena 3 a un santero que va a hacer una ceremonia con una gallina. El santero le habla a la gallina educadamente, la trata de usted, pero poco después le corta el cuello y le saca las vísceras. (Anotación: desconfiar de la gente demasiado educada con los gallinaceos y tal vez  también de los muy amables con los humanos)

Yo pensaba que la palabra “pedazo” como adjetivo era más cosa de conversaciones tipo Chiquito de la Calzada, pero no, antes le podías escribir una carta a un rey y usarla. Eso era monarquía campechana:
Yo estuve en la casa de Bosu en Flandes medio día y yo prometo a Vuestra Magestad que es un pedaço de edificio mejor labrado y tratado que yo acaa ni alla hasta agora he visto”.
Carta del maestro de obra Gaspar de Vega  a Felipe II el 16 de mayo de 1556, leído en Jot Down.

-Camarera: ¿Qué le pongo? 

-Abuelillo: Nervioso

Oído en un bar. Si se prohíbe el piropo, ¿esto lo sería? 


De la importancia de la limpieza en las relaciones de pareja: 

-Marianne: ¿Quieres a Anna? 
-Johan: La eterna pregunta femenina. Creo que es amable, inteligente, agradable, limpia, bien educada, presentable y atractiva sexualmente. Me gusta desayunar con ella. 

"Escenas de un matrimonio", Ingmar Bergman. 


Muy fan de lo de "presentable" y "me gusta desayunar con ella". 

-Robert: ¿Cómo es él?
-Francesca: Muy limpio. 

Los puentes de Madison. 

El no ser del pequeño Nicolás

 



El pequeño Nicolás no es pequeño, y ni siquiera es Nicolás, sino Fran. Según el pequeño Nicolás él es del C.N.I, pero según el C.N.I. el pequeño Nicolás no es suyo. ¿De quién es y qué es entonces el pequeño Nicolás?

“Una mente privilegiada, un superdotado” leemos que confiesa en la Wikipedia “una amistad cercana”. La fuente no está identificada pero sabemos que su abuela vive y todo español poseyó una mente privilegiada mientras vivió su abuela. Después la vida nos diluye en lo que somos, mentes de andar por casa o por España.


El pequeño Nicolás vive sin vivir en él, se dedica a ser lo que no es y por lo tanto parece lógico que lo hayan acusado de usurpación de identidad. Él es su primera víctima, porque ha usurpado su propia identidad, y se le ha quitado a Fran, un chaval redicho del barrio de la Prospe, para dársela a Nicolás, el charlie del C.N.I con chalet en el Viso y empresario sesteante en el sofás.


La jueza dice que no comprende que el pequeño Nicolás haya engañado a tanta gente con su palabrería. Lo que no se comprende es que una jueza no conozca el país en el que juzga, un país en el que se suele gobernar engañando con palabrería.


El pequeño Nicolás, como buen espía del C.N.I. que no es ha sufrido torturas pero – no podía ser de otra forma – ni sus torturas son torturas. Porque si aceptamos cuatro horas sin ir al baño como tortura, un millón de españoles ha sido torturado con Interstellar y en su tiempo muchos más lo fueron con Ben-Hur y mientras Amnistía Internacional mira hacia otro lado.


El pequeño Nicolás, en su no ser, no es ahijado de Aznar, ni sobrino de Arturo Fernández, ni el hijo que nunca tuvieron el rey y Javier de la Rosa. Probablemente el filipino que le vigilaba su chalet que no era suyo no era filipino, sino una imitación china y por último, tampoco su papada le pertenece sino que se la ha debido usurpar a algún señor de Soria entradito en carnes que cuenta chistes verdes en las cenas.


El pequeño Nicolás será para nuestra generación lo que fue Joselito el niño cantor para la de nuestros padres. Pasarán los años, perderá la gracia si la tuvo, irá a la Isla de los famosos y así seguirá junto a nosotros, siendo lo que no es: un señor llamado el pequeño Nicolás.