He leído hace poco, en dos
libros de ciencia, varios experimentos con jueces (¿cuándo surgirá una asociación
que pida la prohibición de experimentación con jueces?) que me han inquietado
casi tanto como la reforma de
la justicia de Gallardón.
El primero, sobre cómo
influye la alimentación en los jueces. Sé lo mucho que influye en mi perro, y
en los gatos del barrio, e incluso en algún amigo. Pero no sabía que los jueces
eran tan sensibles a este tema. Reproduzco unos párrafos, que últimamente no
reproduzco nada:
“Un equipo de psicólogos,
guiados por Jonathan Levav y Shai Danziger analizaron miles de decisiones
tomadas en el curso de diez meses de juicios de una comisión que decidía sobre
otorgación de la libertad condicional en una penitenciaría israelí.
De media, cada juez concedía
la condicional solo a uno de cada tres detenidos, pero los investigadores
descubrieron que las decisiones de todos los jueces seguían un esquema preciso.
Los detenidos que comparecían por la mañana temprano obtenían la condicional el
65% de las veces, mientras que aquellos que comparecían hacia el término de la
jornada la obtenían en menos del 10% de los casos.
Pero el paso de la mañana a
la tarde no influía de forma regular, ya que en el curso de la jornada se
producían otros eventos que influían en las decisiones. A mitad de la mañana, un
poco después de las 10.30, la comisión hacía una pausa y los jueces tomaban un
tentempié que reestablecía sus niveles de glucosa en sangre (aquí hay que
recordar un estudio sobre niños que se habían saltado el desayuno y que
comenzaban a comportarse bien tras comer algo a mitad de la mañana).
Los detenidos que comparecían
un poco antes del tentempié de los jueces tenían sólo el 15% de probabilidades
de obtener la condicional. Por el contrario, los que comparecían justo después
del tentempié tenían cerca del 65% de probabilidades de obtener la condicional.
Y el mismo esquema se repetía
con la comida."
“Willpower”,
Roy F. Baumeister y John Tiernye.
Mañana pongo el otro
estudio, que no he desayunado bien y ando vago y con el juicio
distorsionado. Pero hay una moraleja o algo parecido. Si te toca ir de juicio,
aparte de procurar que no sea en España, mejor intentar un café y porras para
todos...