domingo, abril 19, 2009

De espias y 3. (o cómo un vago termina un ¿cuento?)

Los dos perseguíamos a Paco Córdoba y los dos saldríamos ganando si lo encontrábamos así que decidimos colaborar aunque sólo fuera por el momento.

-¿Qué hacemos?
-Yo buscaré a Paco Córdoba por aquí y tú búscalo por allá- le dije, haciendo gala de mi espíritu organizador.
-Vale- contestó

Y me fui corriendo hacia aquí, sin tener muy claro dónde estaba eso.

Entonces apareció él. Lo conocía bien de aquella época juvenil en la que tenía ínfulas literarias. Después, cuando descubrí lo que significaba “ínfulas” dejé de tenerlas con lo que mi carrera de escritor se acabó. Pero aún me acordaba de aquel hombre, Vladímir Yákovlevich Propp (San Petersburgo, 29 de abril del 1895, Leningrado 22 de agosto de 1970) un erudito ruso que como todo el mundo sabe hizo un análisis estructural de la morfología de los cuentos donde parte del corpus para llegar, cómo no, a la clasificación.
Le iba a recordar que según la wikipedia llevaba treinta y ocho años muerto porque no me parece bien que los muertos sigan por ahí salvo en el caso de Camilo Sexto. Si ya está imposible el metro en hora punta para que vuelvan también estos. Pero decidí callarme. Son tan susceptibles los rusos y tienen tanto gas ruso. Pero Vladimir Yakovlevich Propp no se calló, sino que vino hacia mí indignado.
-¿Qué está haciendo? ¿No ve que esta historia se está alargando demasiado? ¿Que no va a ningún sitio?
-Pero si acabo de empezar Vladimir Yakovlevich Propp. Aún estoy investigando. Estamos persiguiendo a Paco Córdoba.
-Paco Córdoba, Paco Córdoba – dijo imitándome- ¿Sabe acaso lo que dijo Cortazar?
-Pues.... dijo tantas cosas.
-Que la novela se gana por asaltos pero el cuento se gana por K.O.
Nunca me ha gustado ejercer la violencia contra ancianos rusos pero yo quería escribir un buen cuento así que le di un derechazo en toda la mandíbula. Vladimir Yakovlevich Propp cayó al suelo pero mi golpe no fue todo lo fuerte que yo quería porque al momento se incorporó.
-No ha sido K.O. Le clausuro el cuento.
-Pero Vladimir Yakovlevich... Déjeme que le pegue otra vez. No sea tan ortodoso
-Se escribe con x.
-Vale, se lo escribo como quiera pero...
-Ni peros ni hostias. Clausurado. Otra vez escriba algo mejor.
Y me cerró el cuento.

2 comentarios:

Dormidina dijo...

que se haya tenido que levantar de la tumba Vladimir Propp para que termines el cuento... por cierto, a este qué dices que le gustan, las nínfulas?

Toñi dijo...

me gustó mucho tu historia sobre la señora del retiro y sus pájaros. Tiene un toque lírico y un final muy bonito. Respecto a la historia de detectives estoy de acuerdo con Propp, no es el más apropiado para el análisis del cuento tradicional aunque también tenga sus agentes. Le falta la princesa. Aprovecho para saludarte con cariño