miércoles, julio 28, 2010

Imaginen que soy un útero


Leo en “el Mundo” que los estados más conservadores de Estados Unidos, Utah e Idaho, son los que "curiosamente" tienen el consumo más alto de porno online y en papel. No comprendo lo de “curiosamente”. Yo habría escrito “lógicamente”.

Los Legionarios de Cristo no tienen esos problemas con el porno. Nada mejor que unas reglas muy estrictas para evitar tentaciones. He aquí un parrafo sacado del dominical de “El País” sobre esta... ¿congregación?  

“Los legionarios deben salir siempre de dos en dos. No pueden escribir a una mujer; pasear, fotografiarla, viajar ni convivir con ella; tampoco estar a solas ni visitarla en su domicilio (a no ser que se esté muriendo). No pueden poseer libros, ni radio, ni televisor. Y leer únicamente la prensa que autorice su superior. Su correo está intervenido. El que envían y el que reciben.” Aunque en el texto no lo dice supongo que internet también estará prohibido o castrado.

Tienen tanto miedo al sexo que piensan que sólo junto a mujeres moribundas no hay peligro. Eso es porque no han visto "True Blood" .

Pero para evitar tentaciones nada como caer en ellas: hay que  “hacer la cópula” siempre que un miembro del matrimonio lo requiera. Eso era lo que les recomendaron a unos conocidos en el cursillo prematrimonial unos curas del Opus. Si uno de la pareja quería, aunque el otro no tuviera ganas, había que “hacer la cópula”. Así luego nadie se iba a buscar fuera lo que no le habían dado en casa.

Eso sí, cópulas las que hicieran falta pero sin otro método anticonceptivo que el ogino. Entre cópulas, oginos y demás los curas se pasaron casi todo el curso prematrimonial hablando de sexo. Alguien debería decirles a estas gentes que hablar constantemente de algo se le llama estar obsesionado. Lo malo es que ellos piensan que quien está obsesionado es el resto de la sociedad y en ese error viven.

El método ogino lo explicaba un cura ya anciano, de los de sotana negra. En un momento de la explicación, para resultar más gráfico, se abrió de brazos y dijo:
-Imaginen que yo soy un útero...

Y ahora el que tiene un problema soy yo porque cada vez que oígo la palabra “útero” me imagino a un cura viejo con sotana negra y los brazos abiertos. Pero en fin, podía haber sido peor, el cura podía haber dicho que imaginaran que era una vagina.


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