lunes, junio 09, 2008

emborronando

Tras la propuesta de la amiga Aliaga de postear todos los días de esta semana (bueno, mejor sólo cinco), comienzo, aunque ando vago. Hoy salgo del paso con unos textos sobre el acto este de escribir. Por un lado Ferrater Mora:

Hace años escribí un ensayo titulado: “de la contención literaria”. Sentaba en él la tesis de que lo sano no es simplemente “contenerse”, sino hacerlo sólo cuando se tengan muchas cosas que decir. La contención, argüía, es excelente cuando hay “de qué”. ¿Cómo vamos a poner un cercado a nuestra propiedad si ésta, como se dijo del Derecho romano, comienza por no existir? ... Un escritor no se hace sentándose de vez en cuando ante una mesa para llenar unas cuartillas por ventura definitivas, sino emborronando cuartillas sin cesar para destilar, al final, unas pocas.

La verdad es que últimamente no destilo mucho. Menos mal que más adelante comenta Ferrater.

Sigo hablando, por descontado, del autor de artículos , de ensayos, de libros en prosa con “ideas”, y especialmente con ideas filosóficas. El poeta, el dramaturgo o el novelista son casos aparte, sobre los que no me atrevo a pronunciarme.


Y esto cuenta Natalie Goldberg en su libro “El gozo de escribir”, editado por La Liebre de Marzo.

La mía es la escuela de la escritura como práctica. Como en el caso del correr, más se practica y mejor sale. A veces no nos apetece correr y cada paso de los cinco kilómetros nos cuesta un enorme esfuerzo, pero lo hacemos igualmente. Ese ejercicio es algo que se hace de todos modos, tengamos ganas o no. No podemos esperar a que nos llegue la inspiración, que, de improviso, nos entren unas enormes ganas de correr.

Pues a correr un rato.

1 comentario:

ROSA ALIAGA dijo...

ahora voy...que difícil me lo pones siempre...como se notan tus carreras por el Retiro...
Debo de pensar más las cosas que digo.