viernes, diciembre 21, 2007

Encuentros con un notario I

un notario sorprendido con un boli bic

El martes fue la primera vez en que entré en una notaría, lo que dice mucho y no bueno de mi trayectoria vital. Y aunque era mi primera notaría sentí que todas las notarías son iguales. Edificio clásico con portero trajeado, techos altos, largos pasillos, cuadros de caza y bodegones. Las chicas de recepción vestían también clásico, como el edificio. A veces los tópicos son tan certeros. Las revistas de la sala de espera me decepcionaron. Eran las mismas que podría haber encontrado en un dentista. Creía que tendrían revistas sobre economía e inversiones, o esa revista que se llama Gentleman y que no sé porqué está también en los quioscos de Lavapiés pero después vi que ese era un pensamiento absurdo. De quienes entran en una notaria el único que seguro tiene dinero que invertir es el notario y tendrá esas revistas en su casa, no en la sala de espera para humillar a sus clientes.

Yo tenía cita con el notario a las doce de la mañana. Tras un año en el que me había citado con una traductora, una redactora, alguna que otra guionista y una ingeniera medioambiental, citarme con un notario me parecía una buena forma de terminar el año. Al menos no me quedaría un regusto amargo si no terminábamos en la cama. Fui a la notaría porque iba a entrar en el accionariado de la productora de unos amigos (suena a más de lo que es). Y eso le dije a la chica de recepción. Ella se alejó por el pasillo hasta una habitación al fondo y le avisó de mi presencia y objetivos al Notario. Hay días en los que tengo hasta eso, presencia y objetivos. El Notario le transmitió a la chica una duda sobre mis objetivos que yo oí perfectamente. La chica regresó con su traje clásico por el pasillo y me repitió la duda del notario. Yo entendía todas las palabras del notario por separado, pero al juntarlas en frases no comprendía nada. Me pasa lo mismo con muchos políticos y con el cura de mi pueblo. Le comuniqué mis dudas a la chica. Ella tampoco entendía muy bien, no sé si mis dudas o a mí.

Se alejó de nuevo por el pasillo y le contó mis dudas sobre sus dudas al Notario. Yo sabía que el Notario me había oído perfectamente, como yo lo oía ahora hablar a él, en su habitación del fondo del pasillo y no terminaba de comprender por qué no salía. ¿Sería la habitación del fondo del pasillo el baño y estaba el notario defecando o miccionando, que es lo que hacen los notarios en los baños, mientras hablaba con la chica? Porque si no era algo así parecíamos una de esas parejas que han reñido y sólo se hablan a través de un tercero. Al menos la chica clásica andaba por el pasillo con algo parecido al garbo.

Por fin el Notario decidió salir de su habitación y recorrió el pasillo hasta llegar junto a mí. Caminaba sin garbo ninguno. Al verlo pensé que sí, que era un alivio que esa cita no terminara en la cama. El Notario estrechó mi mano y me habló. Como las revistas, su dentadura me defraudó. Uno espera algo más de la dentadura de un notario. Necesitaba una ortodoncia urgentemente pero creo que en su gremio no se estila, a no ser que seas el típico notario adolescente. El Notario me explicó algo que no entendí pero asentí como si entendiera perfectamente. Parte de mi vida se ha basado en ese proceso. Después pasamos a una habitación en la que había una enciclopedia jurídica de muchos tomos que ocupaba exactamente toda la pared. Sentí que la pared estaba hecha a medida de la enciclopedia. El Notario me pidió mi DNI. Lo dejé sobre la mesa. Lo cogió y lo miró por ambos lados. Miró a mi foto y me miró a mí.

-Es por el flash- le dije, intentando justificar mi cara de susto. Y puse cara de susto para que pudiera ver que yo era realmente yo. Conseguí que me mirara raro.

Por fin el Notario pareció dar el visto bueno a mi DNI aunque no le dije que a efectos policíacos no sirve y que no sacar uno nuevo me costó ser trasladado a una comisaría en Toledo y que un comisario me explicara porqué le gustan los Hombres de Paco más que el Comisario, información que yo nunca le pedí. Otro día cuento eso, o igual no. Por lo pronto mañana seguiré contando mi encuentro con el Notario y las cuitas que me causó. Ea, que quería escribir cuitas.

lunes, diciembre 17, 2007

el futuro



Veo en la tele a un adulto que le pregunta a una niña cómo será el futuro. La niña se queda pensativa unos segundos y por fin responde.
-Yo creo que el futuro será mucho más moderno.

miércoles, diciembre 12, 2007

Mi interesar la mujer de Rusia

Ayer me llegó este mensaje. Me escribe una chica rusa. Me inquieta que se defina a sí misma como: tierno, romántico y condescendiente. Pero en fin, ya lo sabemos, nadie es perfecto.

Hola mi amigo nuevo!
Me llamo Yuliya! Mi de Rusia. A mi de 29 anos. De ti interesar las relaciones con la mujer de otro pais?? De ti interesar la relacion con la mujer de Rusia??? Querer en seguida decir que buscar las relaciones serias. No buscar simplemente la charlataneria o el entretenimiento. Buscar las relaciones serias que pueden llevar al amor y elmatrimonio. Puedo caracterizarme por las palabras: responsable,tierno, romantico, serio, bueno, condescendiente. Si asi como buscar las relaciones serias aquello mi pedirte responder a este mensaje. Si interesarte aquello escribe por favor a mi direccion yuliya xxxx@rambler.ru! Con la impaciencia esperare su mensaje.

jueves, noviembre 22, 2007

retoque fotográfico

Una amiga está aprendiendo retoque de fotografía con photoshop. Hace sus prácticas con señoras de Cádiz. Las señoras de Cádiz, como casi todos, quieren salir guapas en las fotos El problema surge porque las señoras de Cádiz, como casi todos, conocen el poder rejuvenecedor del photoshop y quieren que mi amiga elimine cualquier atisbo de arrugas. Hay que decir que a partir de cierta edad, aquí y en Cádiz, las arrugas, más que con atisbos, se manifiestan con evidencias.

Que esos retoques queden naturales requiere horas y horas de photoshop. Y en todas las fotos, porque no puedes darles un álbum a las señoras con fotos en las que en una hoja parezcan ellas mismas y en la siguiente sus hijas. Pero aunque en todas las fotos el photoshop haga su magia, sigue existiendo un problema. Las señoras. No pueden ir con el álbum en la mano diciendo lo guapas que han salido porque lo que realmente se verá es lo retocadas que han quedado.

¿Pero qué harán con las fotos? ¿Las guardarán para eso llamado posterioridad? ¿Se guardarán a si mismas y dejarán que salgan las fotos? ¿No será la posteridad todo lo que venga tras esas fotos? ¿Puede uno tener posteridad y seguir vivo?

Hay gente que no quiere ser recordada en fotografías. Digamos que tienen fotofobia. Las pocas fotos que tenemos de mi abuela paterna corresponden al género “abuela en fuga”. Pese a sus 70 años se lanzaba a la carrera al ver una cámara de fotos. La abuela de un amigo del pueblo no quería que le pusieran foto en la lápida, como aún se hace con frecuencia en mi pueblo. No le gustaba la idea de que algún paisano se parara en su lápida y dijera: “Mira qué fea ha salido la Piernilla”. Aguantar eso frente a tu propia tumba y no poder contestar le debía parecer duro. Para que sus hijos no colocaran el retrato acudió a la amenaza:
-Si me ponéis fotos os aparezco.

Se murió la mujer y no le pusieron foto en la lápida. No tuvo que aparecerse a sus hijos y por lo tanto, oír: “Mira qué bien que ha salido en la aparición la abuela.”

miércoles, octubre 17, 2007

Falange empapeladora de las jons

Una noche de estas o de aquellas, paseando por Madrid, vimos unos cuantos carteles de una de las cuantas falanges que en este país tenemos. Eran carteles sobre el día de la hispanidad en los que se veía a Zapatero e Ibarretxe con pinta de cometer tropelías. Seguimos caminando por la calle Alberto Aguilera, toda empapelada con el cartelito. No sólo paredes, sino preferiblemente ventanales de comercios y entidades bancarias. No se libraba nadie: la caixa, intermon...

A lo lejos, trabajando, vimos al comando cartelero. Uno esperaba algún skin, un falangista musculado, esas cosas. Pero no, tenían pinta de eso tan peligroso que se llama “gente normal”. Salvo uno, un freaky con aspecto de lechugino, todo de negro y peinado al estilo de los primeros Beatles que parecía perdido en la vida y en la falange. Los miramos con mirada reprobadora, pero ni se enteraron. Mejor.

Seguimos andando por la calle empapelada y pasamos junto a unas oficinas de Caja Duero. Les debió parecer muy española esa caja porque la habían respetado.

jueves, septiembre 27, 2007

Dragó, los negros y los amoríos



Ayer leí en internet una “noticia” en la que se contaba que Dragó reconocía que su último libro se lo habían escrito.

-En realidad es un libro que me lo han preparao, yo no he hecho nada.

Así se oye en el vídeo, y suena bastante mal, aunque en realidad es un librillo en el que un colaborador y él simulan un dialogo y aprovechan para ir metiendo fragmentos de sus obras anteriores. Vamos, un refrito.

Algún cámara cabroncete de Telemadrid ya grababa a Dragó y a la Botella cuando aún no estaban en el aire y se coló eso y más.
Lo más triste de esta conversación, grabada a traición, todo hay que decirlo, no es lo del libro, que me parece hasta normal, sino el tono pelota de Dragó, la distancia seca de la Botella, con el labio fruncido todo el tiempo. U oírlo hablar de los kilómetros que se hace con la bicicleta estática pese a su edad. Vamos, lo que le he oído a mi padre durante años. Lo más triste es ver que Dragó chochea y está hasta untoso frente a una señora que me parece, lo desprecia.

He terminado en su página, y me he encontrado con esta curiosa nota en la portada:

Para Belén, la chica a la que le temblaban las piernas en la Feria del Libro: He intentado responder a tu llamada, pero tengo equivocado tu teléfono. Dime cuál es, escribe al e-mail javi_axia@yahoo.es. Gracias.
Dragó


Aunque la nota va firmada por Dragó, el mail es del webmaster de Dragó, un chaval llamado Javier Redondo, que parece que usa la página de su jefe para ligar, lo que sería divertido. Pero claro, que a una chica le tiemblen las piernas por un webmaster y en la feria del Libro, con la de escritores que hay por allí. ¿Y si resulta que que el webmaster le lleva los amorios a Dragó? Aquí hay una historia más interesante que la del libro y el negro.

pd: el diseño de páginas web te puede llevar por senderos inescrutables. (es que quería escribir inescrutables y no sabía cómo).

mundo motero


Hace unos meses me compré una moto. He ido descubriendo que el mundo motero es muy variado.

viernes, septiembre 21, 2007

Todo es acostumbrarse

Freaky come cristales delante de una cámara de televisión.
Periodista avispado pregunta.

-¿Qué gusto tiene?
-El mismo que tos...

pd: parece que no es tan difícil

miércoles, septiembre 19, 2007

píntame un amigo

el otro día la profesora le dio a mi sobrino (4 años) una hoja para dibujar. En ella había varios niños agrupados y uno que estaba solo en un rincón. Al niño solitario había que dibujarle un amigo para que no siguiera aislado. Al rato la profesora recogió los trabajos. Mi sobrino no había pintado nada.
-Eduardo, le tenías que haber pintado un amigo al niño.
-Ya lo he hecho.
-No, no has pintado nada.
-Sí, lo que pasa es que es un amigo invisible.

No sabemos si tiene mucho morro, imaginación o una peligrosa combinación de ambos.

lunes, septiembre 17, 2007

Son caprichos

Guerín, aparte de llevar muy bien las gorrasboinas, hace películas extraordinarias, entendiendo por extraordinarias aquellas películas que son extraordinarias. Aquí van unos de los diálogos más delirantes de los últimos tiempos. Y no digo más, porque como cuenta uno de los personajes de esta secuencia de “En construcción”, “todo el mundo habla las mismas palabras, da la sensación de que no saben hablar…”


-Marino: No se dice el volante, las lla-ves… Cosas delicadas, delicadas… cosas extraordinarias.
-Ferrallista: Te entra hasta diarrea con el reloj.
-Marino: Ayer mismo me quedo asombrado, yo mismo me asombro… ¿Cómo puede ser que yo sea así?

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-Marino: Este es otro capricho (sacando un mechero), el mechero este no es un simulacro de mechero, es auténtico, mire… Y una llama equilibrada en gases y en proteínas… ¿Que se gasta? Las cosas en la vida todas son de gasto, si no nos gastáramos… Cuanto más llama más se gasta… Oiga, las comodidades hay que pagarlas, gratis no lo dan (suena una musiquita procedente del mechero y se lo acerca al otro, para que la escuche).
-Ferrallista: No, no, si ya se siente la música. ¿Encender enciende?
-Marino: Si se le pone gas, sí.

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-Marino: Son caprichos, trato de que la gente se dé cuenta quién soy yo, ni explicándolo ni hablando me entienden, ¿será posible? Nos gusta, digo persona, no digo usted ahora, que usted no es así, que todos no somos iguales, todo el mundo habla las mismas palabras, da la sensación de que no saben hablar…

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-Marino: Pero no me encuentro nunca algo que se acerque al medio millón o a un millón de pesetas.
-Ferrallista: Bueno, eso está más escondido. Hay que probar a la suerte, la suerte la busca y quien la busca la encuentra.
-Marino: Ahora parece que estoy teniendo un poco de suerte; el otro día, 20.000 pesetas me encontré.
-Ferrallista: Joé, ¿dónde?
-Marino: En un bar.
-Ferrallista: Dame la mitad.
-Marino: Ya me lo he gastado.
-Ferrallista: Joé, qué rápido te lo has gastado.
-Marino: La vida que yo llevo, que llevo una vida de esas de… Ya se lo he explicado antes, si yo gasto mucho dinero aquí donde me ve, aquí donde me ve usted, que parece que yo no mate una mosca… Pero en cosas personales, el whisky, la coca-cola, la cervecita, las patatitas, la mediana de Voll-Damm…

La trascripción tomada de http://bahiadelaplata.blogspot.com/


viernes, septiembre 14, 2007

Una de cal y otra de arena (o cibeversa)

O una de arena y otra de cal. La verdad es que no sé bien qué es lo bueno y qué lo malo. Digamos que la arena es buena. Esto es la arena en la crítica que hace Jordi Costa a la última película de Guerín, "La ciudad de Sylvia":

"En la ciudad de Sylvia" es, en definitiva, la obra de un poeta sin imposturas, con un control absoluto -y ajeno a intoxicaciones coyunturales- del lenguaje cinematográfico.

Y esto es la cal:

Supongo, no obstante, que es legítimo no compartir su visión adolescente de la vida, apoyada en alguna que otra monserga: para José Luis Guerín, detrás de cada mujer se esconde un misterio. No estaría de más que alguien le contara que, en ocasiones, más que un misterio lo que se esconde es una neurótica, una pesada o una víbora.

Lo que es cierto en esta discusión (¿cuál?) es que le quedan bien las gorras. ¿O boinas? Esa sería otra discusión.

jueves, septiembre 13, 2007

Encuentro de un pájaro y una cabra (a lo Murakami)

Me encontré con Cabra el otro día cerca del Rastro.
-Cabra, creía que eras un tópico español- le dije.

Cabra me miró altiva, desde esa superioridad moral que siempre da estar subido en una escalera. Y no contestó, clara muestra de su orgullo insano.

Pese al despecho- o tal vez por él- me quedé cerca de Cabra para observarla. Ella me miraba a su vez de reojo, cosa muy típica en estos mamíferos artiodáctilos.

Estaba claro que ese animal se rumiaba algo. Pronto lo descubrí: la muy ladina, con paciencia y Ponche Caballero, supongo, había conseguido amaestrar a un humano. El humano daba vueltas alrededor de Cabra con una bandejita y cuando veía a alguien detenerse frente a Ella para admirarla se acercaba diligente, mostrando su bandejita. Creo que el humano no está totalmente amaestrado porque Cabra lo había atado a su cuerpo con una cadena. Pero Cabra le había puesto musiquita de organillo y el humano parecía contento.

Y los otros humanos, que aún no habían sido capturados por ninguna cabra, le echaban moneditas a su congénere, tal vez por piedad, tal vez por pena.

Cuando Ella se cansó bajó de la escalera. El humano, servicial, cargó con el radiocasete, la escalera y la bandejita y enganchado a su cadena siguió sumiso a Cabra, que altanera defecó un poco. El humano apartó de la vía pública las heces y continuaron su camino.

De regreso a mi árbol me crucé con otros mamíferos, unos Canis Familiaris, que se dedicaban a pasear a unos cuantos humanos. De vez en cuando los canis se detenían y cagaban en la vía pública. Los humanos, diligentes, limpiaban.

¿De qué sirve llegar a la luna o inventar el “Whisper XL” si terminas limpiando mierdas de cabras y perros?
Inquieto escribo en mi nido. Algo está pasando.

domingo, septiembre 09, 2007

Gran Hermano. Soy tu hermana.

Estoy viendo el inicio de Gran Hermano. Han metido a dos hermanas de padre que no se conocían. Y se han conocido en directo. ¿Cómo dialogar esto? Difícil no caer en el tópico. No lo han hecho, ha ido más o menos así:

-Tú sabes quién soy yo??
-No.
-Soy tu hermana.
-Pues dame fuego.

Poco después ha pasado un italiano. Un comentario de una de las chicas:
-Parece un poco extranjero.

lunes, agosto 20, 2007

una crítica cinematográfica

Dentro del género de musicales protagonizados por notarios apasionados de los ponies tal vez “Another day without coffee”,de Wilson Anerdi Wilson, marque un punto de no retorno, al menos para su director, ya que es difícil que vuelva a encontrar productores que le financien sus arriesgadas películas.

Hasta el estreno de “Another day without coffee” se habían rodado más de cien filmes que profundizaban en este universo complejo donde se unen las notarías, los ponies y las bandas sonoras hechas unicamente con banjos. Miles de minutos de celuloide repletos de momentos cumbres, que llevaron al crítico de cine de Soria Maurice Deveraux a decir: “creo justifacado el regreso de la pena de muerte".

Pero es en “Another day without coffee” (a partir de ahora A.d.w.c) , de Wilson Anerdi Wilson (a partir de ahora W.A.W) donde el lenguaje cinematográfico es subvertido o al menos agitado un poco. No sólo porque el papel de pony sea interpretado por una cabra y el de notario enamorado por una señora de Orense que se cree Jon Bon Jovi, tanto dentro de la película como fuera de ella. También su argumento supone una ruptura con el continuismo que marcaron títulos como “Yes, I am your pussy”, “I am nothing without you because I have double personality, so I am you”, “Boggie Boggie Cindirella” o “Blas, the pony”.

En “A.d.w.c”, W.A.W ha querido romper la cuarta pared, inexistente en el cine, y lo ha logrado. El argumento provocador (unos notarios amantes de los ponies se ven acosados por unos registradores de la propiedad furibundos que piensan que esos animales son una aberración a exterminar o que al menos sólo deben ser montados por niñitas) no es sino un vehículo para que W.A.W consiga su propósito: Epatar. O que al menos el espectador busque el significado de “epatar” en su enciclopedia Sopena.

Decir que Matilde Arroba, la señora que se cree Jon Bon Jovi no resulta convincente en su papel de notario es una obviedad. ¿Pero pretendía W.A.W una interpretación convincente? Lo dudo. Si así fuera no habría contratado a una ardilla loca para interpretar el papel del jefe de la banda de registradores de la propiedad. Lo que W.A.W quería mostrarnos es que con estos mimbres se puede hacer una cesta, aunque no sea de mimbre y ni siquiera merezca la denominación de cesta.

En la foto Wilson Anerdi Wilson intentando convencer a uno de los ponies para que maulle. Al fondo un notario dando fe.

viernes, julio 13, 2007

perplejo, realmente perplejo

En el aula de dibujo de mi instituto tenían archivados varios tomos del desaparecido periódico franquista "Arriba". Siempre pensé que el dibujo era una derivación del arte de calcar, cuando lo llamaban artístico, y una lucha con los ingobernables rotrings cuando lo llamaban técnico. Y me pasaba parte de la clase leyendo aquellos periódicos amarillentos repletos de loas al régimen y ataques a todo tipo de conspiradores. Hoy, la columna de Umbral en el Mundo me ha recordado el tufillo hasta gracioso de lo que allí leía.

Cuando sólo suena en la calle el silencio político de los rivales, he aquí que un político eminente con dotes económicas e imaginación creadora se pone en marcha y a la cabeza de las iniciativas. Nos referimos a Mariano Rajoy, que está consumando un planteamiento fiscal como cumbre de su actuación e iniciativa de todo el panorama que él controla u orienta más o menos.... .... Este programa nace del hombre más ecuánime de la política española, un personaje atractivo en sus ofertas fiscales y buen guardian de sus propias iniciativas....

... Todo esto parece que suena a utopía, pero la nitidez de las propuestas y la entidad de ese apóstol de la honradez que es Rajoy, nos garantizan un futuro digno de ser asumido y un ejemplo de vida en común que pronto pudiera empezar a ser realidad....

Esto puede ser hasta gracioso, pero queda un regusto amargo al comprobar una vez más lo malos que pueden ser los años. Es que a ratos está hasta mal escrito: Nos referimos a Mariano Rajoy, que está consumando un planteamiento fiscal como cumbre de su actuación e iniciativa de todo el panorama que él controla u orienta más o menos. Sí, se puede escribir "Mortal y Rosa" y terminar haciendo esto. Umbral presumía de que si no le salía la columna en diez minutos es que no era buena. Ahora parece que si le sale en diez minutos es que es mala. Eso o que tiene un negro y se le ha desbocado.

Esto es lo que decía Pérez Reverte de su amigo Umbral.

jueves, julio 05, 2007

luchando con gatos III


(viene de aquí)

Los dueños de gatos pueden convertirse en seres irracionales, como sus mascotas, así que es mejor no ensañarse demasiado. Pero no lo puedo evitar. Busquemos argumentos fríos y desapasionados, como las cifras (salvo cuando te sale a pagar la declaración de la renta). Si uno escribe “hate cats” en google salen como 134.000 resultados Si escribes “hate dogs” 51.000 . ¿Alguien puede ir contra la verdad suprema que emana de google? Y no admito una respuesta por respuesta.

Eso sí, si escribes en google “odio a los perros” y “odio a los gatos”, así, en castellano, te salen más resultados con los perros. ¿Pero qué sabe de animales un país que permitió que Ángel Cristo tuviera un circo?

Luego están los poetas. Aparte de las chicas solitarias los poetas también suelen tener gatos. Aunque comienzo a creer que los gatos suelen tener poetas. Los poetas, en defensa de sus gatos te citan a Baudelaire, ese señor que iba constantemente fumado de hachís, que por entonces le traían sin cortar y a buen precio. ¿Quién no se acuerda de “el gato negro”, de Poe? Conozco a cientos de personas que no se acuerdan. Pero a lo que vamos, en “el gato negro” el malo era un gato.

Los poetas también te pueden citar a Verlaine, que además de a Rimbaud, tenía un gato. Tengo la teoría (difícil de defender, eso sí) de que Rimbaud era un gato. Francisco Umbral, esa bufanda con señor que escribe desde hace años el mismo artículo en el Mundo y piensa que un día fue Francisco Umbral, también le ha dedicado varias loas a los gatos.

Ah, aquellos días de la posguerra, donde nació el dicho de “darte gato por liebre” y nació por algo. (el “ah” es nostálgico).

Y ahora tengo que enfrentarme a unos cinco gatos ladrones. He decidido acecharlos tras la puerta de la cocina con un vaso de agua fría y tirársela cuando entren. Confío en que al final, puro conductismo, terminarán asociando nuestra cocina con “agua fría”.

Hay días en los que pienso que sería conveniente que dejara el pueblo y regresara ya a Madrid.

pd: en la foto uno de los gatos ladrones al acecho. Los estoy vigilando.

jueves, junio 28, 2007

luchando con gatos II


viene de aquí

El gato sobrevivió y su dueña le buscó una justificación a la caída: el gato estúpido había intentado cazar alguna paloma. Dudo que Paco hubiera intentado cazar nada, pero en cualquier caso, teniendo en cuenta que era un gato enclenque, intentar cazar esas palomas como gallinas que se posaban en nuestros balconcillos no hubiera sido sino una muestra más de su estupidez.

Como Paco seguía golpeando su cabeza contra todo tipo de superficies duras, maullando insistentemente, atacando las piernas de la gente y arañando muebles, la dueña decidió castrarlo para solucionar el problema, lo que siempre consideré una forma muy curiosa de solucionar problemas.

En los foros de “amantes” de los gatos se usan eufemismos para hablar de la castración como “alterar a la mascota” u “operar” . La verdad es que suena mejor que “arrancarle los cojones". Esto es lo que dice una amante de los gatos sobre la castración:

El operar a su gata es una buena idea por muchas razones, la mas importante es el control de la población felina”.

La verdad es que si de lo que se trataba era controlar la población felina tengo muchas otras ideas sobre cómo se podría controlar. Y de forma definitiva.

Otro dice esto:
El castrar al gato reduce su lado destructivo. La mayoría de los machos intactos son muy agresivos, pelean con otros gatos y rocían orina para marcar su territorio. Comparado con un gato intacto, el castrado es mas afectuoso, y calmado haciendo de el una mejor mascota.”

Así dicho parece como si los gatos fueran culpables de ser gatos. En realidad lo que quería decir quien perpetró el párrafo es esto: “Al arrancarle los cojones al gato se consigue un bicho gordo y tranquilo. La mayoría de los gatos con testículos son normales: defienden su territorio y lo marcan. Comparado con un gato normal, el bicho gordo tranquilo sin cojones es manso y da menos problemas”.

Pero a veces sucede que arrancarle parte de los genitales al gato no es la solución. Al menos en el caso de Paco, que tras unos días de recuperación, continuó maullando, atacando y golpeándose la cabeza, con lo que se demostró que su estupidez no provenía de cuestiones hormonales, sino que tenía causas más profundas y era un gato gilipollas con o sin testículos.

La dueña le seguía diciendo que era un gato malo muy malo, con una ceguera total para distinguir entre maldad y estupidez que me temí le iba a causar más de un problema en la vida (a la dueña). Y “mantenía” charlas con Paco más largas y con frases más extensas de lo que el sentido común considera conveniente.

Dejé aquel piso y ya no he vuelto a convivir con gatos aunque he conocido alguno. Por ejemplo, las gatas de unos amigos, que se llevaban bien (las gatas) hasta que “intervinieron” a una y la otra dejó de reconocer el olor de su compañera, por lo que se peleaban constantemente. Las llevaron a un psicólogo gatuno, que mandó empastillarlas. Seguían peleándose pero al menos iban colocadas.

También conocí a Pollo, el gato de un amigo del pueblo. Descubrieron que no era gato cuando parió cuatro gatos pequeños (hay quien los llama gatitos pero no vamos a caer en esa trampa, no nos van a engañarnos con diminutivos (¿por qué de pronto hablo en plural? ¿me estaré volviendo loco como Paco el gato?) )

continuará (bueno, lo continuaré)

miércoles, junio 20, 2007

Una tarde con el Fary

Ayer murió el Fary, y recordé una tarde de verano del 2001, creo, cuando estuve en su chalet con dos señores del negocio audiovisual que preparaban su regreso a las series. A mí me habían encargado una pre-biblia de una serie en la que el Fary sería propietario de un bar en un centro comercial. El proyecto se quedó en proyecto, tal vez para bien.

El Fary parecía, como dicen hoy las crónicas, un tío simpático y campechano y seguro que lo era (aunque no hay que olvidar que apadrinó a Melody). Y era también un buen contador de anécdotas. Nos contó unas cuantas de su vida, alguna “jugosa”, pero con esta memoria que tengo no recuerdo nada, aparte de algo relacionado con Maria Jiménez y el whisky. Ninguna novedad.

Por la casa andaban sus hijos. Nos dijo que uno acababa de grabar un disco, que luego resultó ser aquel con un estribillo sobre las leyes de la termodinámica: “y cuanto más acelero, más calentito me pongo”.

Ayer y hoy he podido leer necrológicas y oír testimonios de conocidos y admiradores. Es un momento propicio para caer en los lugares comunes, para decir eso de “siempre se van los mejores”, y lo de “seguirá cantando allá arriba en el cielo”. Nunca termino de comprender este empeño en que la gente siga trabajando más allá de su muerte.

Es un tópico que sólo se aplica a los artistas. Aún no he oído tras la muerte de un albañil digan que seguirá alicatando allí arriba. Aplíquese lo mismo a un cobrador de la O.R.A. ¿Cómo serían las necrológicas de los repartidores de butano? ( y una pregunta más importante: ¿se usará butano ahí arriba?) ¿Y las necrológicas que escribirían de un pederasta sus amigos?¿Estamos condenados a hacer lo mismo en la otra vida? Entonces, ¿seguirá trabajando el arquitecto de la Almudena?

¿Cómo será el cielo si allí están cantando cada día Rocío Jurado, el Fary , la Durcal y Camilo Sesto? (sí, sé que hay quien dice que este último sigue vivo pero creo que siempre estuvo más allá que acá) Si así fuera, ¿merece la pena la salvación? ¿En el infierno se sigue trabajando? ¿Rouco Varela me podría explicar todo esto?

Siempre se van los mejores, dicen. Esta frase alienta el suicidio. Una forma rápida de salir de la mediocridad. Y también un consuelo, porque algún día todos nos iremos, y seremos entonces los mejores, como hoy lo es el Fary. Yo paso por ser el mejor un ratito pero no pienso seguir escribiendo en el más allá.

Dejo unos versos, sentidos, para terminar:

“Vaya torito,
ay torito bravo,
lleva botines
y no va descalzo”

martes, junio 19, 2007

luchando con gatos I

Desde hace unos meses en la casa del pueblo sufrimos los robos de unos gatos ladrones que llegan por los tejados desde la casa de una vecina, saltan a nuestra terraza y entran con facilidad en la cocina cuando mi madre tiene la puerta abierta, que es casi siempre y más en estas fechas. La vecina dice que les echa de comer y esqueléticos no están. Parece que los cabrones lo hicieran por hobby. Hay días en los que mi madre llega a agobiarse porque le roban, por ejemplo, los filetes que iba a usar para la cena. He comenzado a odiar a los gatos.

Aunque hace años hasta recogí uno en la calle. Era un gato negro que un domingo por la noche me siguió por medio pueblo maullando. Al final lo pasé a la casa y lo dejé en el corral. Pronto lo descubrió mi madre pero permitió que se quedara. Era un gato huraño que no caló mucho en la familia. Más bien no caló nada y ni llegamos a bautizarlo. Mientras mi perra llegó a tener dos nombres: “Tula” y “Nuca” el gato se quedó en eso, “el gato”, y si llegaba a enfadar a mi madre, “el gatuzo ese”. Fue un gato pesado, que solía perseguir a mi madre maullando por toda la casa, un gato que sufría de halitosis, un gato con la costumbre perruna de pasearse tras mi madre por el pueblo cuando ella salía a comprar, lo que le daba un aire a la mujer de loca mesetaria, un gato que parecía de la mafia gatuna, porque más de una vez traía a casa cabezas de gorriones con las que jugaba hasta que se le perdían bajo los muebles o conseguíamos quitárselas. Por febrero, cuando dicen que las gatas andan en celo, el gato sin nombre desaparecía durante semanas para regresar lleno de heridas que había que curarle con yodo si se dejaba. Un año creímos que no sobreviviría pero lo hizo. Pero uno de esos inviernos se fue y nunca regresó. Un día, ya en primavera, al apartar las sobras de pescado, nos dimos cuenta que hacía tiempo que no sabiamos nada de él. No se volvió a hablar del tema.


Al llegar a Madrid, años después de todo esto, me encontré que en mi primer piso vivía una gata. Era un piso en la calle Mayor, en la época en la que aún le quedaban unos meses a la peseta y uno de los hermanos Urquijo moría en un portal. En el piso vivíamos un chico gay de un pueblo de Zamora que se asombraba de que yo hablará todas las semanas con mi familia de un pueblo de Albacete, una chica de San Sebastián que a veces salía llorando en bragas al sofá porque su novio, un tío majete que cultivaba marihuana, setas y hongos, se dormía justo después de follar, (lo normal habría sido que se durmiera antes pero hay chicas muy exigentes) Lola ( la gata de la chica) y yo, que iba siempre por Madrid con un plano de la ciudad y además lo usaba con frecuencia.

El cuarto de baño siempre olía a meados de gato aunque eso era más culpa de la chica que de la gata, por dos cosas: por no ponerle el meadero en su habitación, que era lo debido y por no cambiarle la tierra con frecuencia. Lola fue una gata llevadera comparada con los felinos que conocí después.

En el siguiente piso estaba Momo, que pese al nombre era una gata. Momo era pesada y robaba o simplemente tiraba al suelo toda la comida que se encontraba por la cocina. Vamos, como todos los gatos. Meses después se fue la dueña de Momo con su gato y llegó la dueña de Paco, y pensé que existía por ahí una legión de mujeres solitarias que junto a sus maletas cargaban siempre las jaulas de los gatos locos con los que compartían sus vidas.

Pronto quedó claro que Paco era un gato demente. Paco tenía síndrome de gato guardián. Cuando oía la puerta de la entrada se agazapaba en cualquier rincón del pasillo y saltaba a tus piernas. Así que tras los primeros sustos entrabas en el piso con cierta tensión. Esperabas el ataque que a veces no se producía pero cuando te confiabas y olvidabas que en ese piso vivía un gato loco, te atacaba de nuevo.

Después del ataque Paco salía corriendo a toda velocidad por el pasillo. Aquel gato tenía un problema grave: creía en la infinitud de los pasillos. Y aunque la realidad y la puerta de la cocina le demostraban cada día que no era así el seguía pegándose grandes trastazos contra la puerta. Creo que estaba inmerso en un círculo vicioso de estupidez. Cuando más golpes se daba más tonto se volvía y cuanto más tonto se volvía más golpes se daba.
Su dueña le decía que era un gato malo. Muy malo. Pero no, era simplemente estúpido. Muy estúpido.
Un día le dio por hacer equilibrismos por el balconcillo y cuatro pisos más abajo lo recogieron las chicas de una pastelería.

¿Continuará?

viernes, junio 08, 2007

que la inmortalidad te recoja

Yo hice la mili de alférez en Bilbao, y en la cantina había un cartel que decía: “ a quien muere por la patria lo recoge la inmortalidad”.

Yo le dije al comandante que allí debía haber una errata:
-Mi comandante, ¿no debería poner que lo recoge la mortalidad?.
Acabé dos días en el calabozo, claro.


Jesús Mosterín, en “eps”

algo que no sufre

el otro día un obrero gaditano de Delphi, tras una jornada movida en la que ardió de todo,
declaraba ante la televisión que ahora sólo iban a quemar "algo que no sufre, como los contenedores"

lunes, junio 04, 2007

Obituario del poeta manchego Sifrig Rosemberg (y III)


Sifrig, que había practicado casi todo los géneros poéticos, tenía una espina clavada pero las pinzas de las pestañas de su madre eran muy rústicas y no conseguía quitársela, hasta que un día logró que una ardilla de afilados dientes, a cambio de una ración de arenques y un D.I.U., se la extrajese. Hasta que no vio los dientes de la ardilla no fue consciente de que pese a su amplia obra poética aún no había escrito ninguna elegía. Pensó entonces en algún amigo que se mereciera una elegía pero no encontraba ninguno que lo motivara lo suficiente. El que fuera su mejor amigo, Rodolfo, no le hablaba tras una agria discusión sobre si los tetrabrick de Don Simón eran tetraedros o conos. Ambos pensaban que eran conos pero la discusión surgió porque sus lenguas, siempre pastosas, no podían pronunciar “tetrabrick” ni “tetraedro”, lo que les llevaba a la ofuscación y a pellizcarse las nalgas mientras gritaban “¡uy, uy, uy, ay, ay, ay!”


Decidió entonces escribirle una elegía a Pepe, el dueño del bar Paco, que le permitía celebrar recitales en su bar cuando no había nadie. Pero nadie nadie porque hasta Pepe se ausentaba tras dejar el alcohol bajo llave.
La elegía a Pepe se tituló “Elegía” y comenzaba así:
“Los gusanos se deslizan por tu puro cráneo
blanco como la pintura blanca.
Cómo envidio a los gusanos que se comieron tus ojos...
...Benditos”
A Pepe no le gustó nada la elegía y echó a Sifrig del bar. Aristóteles García, uno de los mayores expertos en su obra le dio una posible causa del enfado.

-Pero Sifrig, que para que te dediquen una elegía hay que estar muerto.
Esto dejó pensativo a Sifrig, que minutos después respondió.
-¿Ah, sí? Pues toma.
Y mató a Aristóteles, que agonizante,le dijo.
-No, yo no, el de la elegía.
Fue entonces cuando Sifrig decidió suicidarse para dedicarse a sí mismo una elegía, y romper así todas las convenciones literarias y la lógica vital. Para ello se arrojó varias veces delante de un tractor que labraba por Quintanilla del Burgo. El tractorista, harto de la actitud de Sifrig, que no le dejaba labrar lo tiró al pilón del pueblo. Sifrig no sabía nadar e intentó morir ahogado pero que el pilón estuviera seco no le facilitó las cosas. Decidió entonces, ante la imposibilidad del suicidio, hacerse sibarita, pero como no tenía dinero para darse al sibaritismo se dedicó a cantar canciones de Bisbal en la puerta del museo del Prado. Un intento de voltereta acabó con su vida. Sifrig murió sin cumplir su gran sueño: visitar todos los museos de cera del continente.

En su tumba dejó un epitafio que es la última muestra de su talento provocador:
“Tonto el que lo lea”.

(En la foto tres admiradoras de Sifrig del club "Admiradoras de Sifrig con abanico". "Lo que más me gusta de él son sus metonimias", confesó ruborizada una de ellas)